El trabajo de Khadar reimagina la relación entre las comunidades africanas e indígenas y sus entornos. Este mundo poscolonial incluye representaciones de rituales espirituales, cuidado de la tierra y animismo (la creencia de que los objetos, lugares y criaturas poseen una esencia espiritual distinta) donde las civilizaciones occidentales previamente demonizaron estas prácticas. Estas obras comienzan a construir una nueva relación entre los humanos y su entorno que deshace siglos de limpieza étnica y genocidio cultural.
Las figuras de estas obras celebran su nueva libertad a través de rituales, adornos, relajación y actos de unión. Los patrones, texturas y colores combinan las figuras humanas y sus entornos naturales en una entidad cohesiva. Al inventar mundos que brindan a las comunidades negras e indígenas la capacidad de centrar la curación, el equilibrio y la reintegración con la naturaleza, Khadar hace que la liberación sea tangible para las comunidades africanas e indígenas de hoy.